Hacía tiempo que no había una manifestación tan grande en Brasil. Hubo alguna que otra con miles de personas.
Pero esta es una convocatoria muy especial. El líder fue simplemente Chico Buarque, Caetano Veloso y Gilberto Gil, algunos de los artistas más espectaculares que Brasil haya visto jamás. ¡Manifestaciones gigantescas por todo Brasil!
Llamaron a la gente a ir al Puesto 5 de la icónica playa de Copacabana para manifestarse contra la solicitud de amnistía para quienes intentaron dar un golpe de Estado para impedir que Lula asumiera su tercer mandato, tras haber sido reelegido democráticamente. Y, de igual manera, planeaban asesinar a Lula, a su amigo y al presidente del Tribunal Supremo Electoral.
He estado contactando a la gente desde el principio. De diferentes lados, de los alrededores de la ciudad. Familias de tres generaciones, una de ochenta y tantos, otras de cincuenta y tantos, y mayores de diez. Blancos, negros, mulatos, hombres, mujeres, niños, con diferentes banderas.
La playa se llenaba de gente, hasta que llegamos a los mismos millones que suelen estaría allí para Nochevieja. Averigüemos cuántos eran.
Los tres artistas fueron convocados a hacer lo que Brasil mejor sabe hacer: música. Si pueden cantar, bailar, convocar a la gente a luchar contra la impunidad.
Manifestaciones que se han multiplicado en 33 ciudades de todo el país. En Brasilia, convocadas por Chico Cesar. En Bahía, por Daniel Mercury. Siempre un artista con expresión y raíces populares.
Por fin, Brasil tiene la oportunidad de salir a la calle, con mucha gente, con mucho ritmo, con mucho vigor. El rechazo a toda forma de amnistía para los golpistas resume muchas otras demandas, como la aprobación de la nueva ley que exime de impuestos a la mayoría de la población, aunque los súper ricos sí los pagan. Una de las muchas leyes que el gobierno envió al peor Congreso de la historia de Brasil, que detiene esta y otras leyes, mientras la derecha usa su mayoría en el Parlamento para intentar aprobar una amnistía que el Poder Judicial alega como inconstitucional, ya que no puede indultar delitos de golpe de Estado ni atentados contra la democracia.
Asimismo, se busca aprobar una ley que proteja a los parlamentarios de cualquier tipo de acusación, blindándolos, ya que dependería de su aprobación.
Para derrotar definitivamente la ley que solo busca que su líder sea condenado a una pena menor a la propuesta por el Poder Judicial, para que no vaya a la prisión de Papuda, en Brasilia, sino que pueda cumplir arresto domiciliario.
Por eso la ley en Brasil se ha reducido, con su líder inelegible, con uno de sus hijos en Estados Unidos, apelando a los gobiernos norteamericanos para que impongan nuevas sanciones contra el gobierno brasileño. Sin embargo, por el contrario, el gobierno de Trump la está flexibilizando, pero se imponen aranceles a la economía brasileña, porque se perjudican a sí mismos.
Es aceptable que Lula gane un cuarto mandato, derrotando, según las encuestas, a todos sus posibles oponentes.
Mientras Brasil luce soleado al final del invierno y al comienzo de la primavera, celebra una victoria, pero de la democracia, sin la cual nada de lo que vive el país podría existir.
Un domingo inolvidable, en Copacabana y en tantos otros lugares de Brasil, que sin duda se convirtió en una página muy difícil en la historia del país. ¿Cómo será Brasil después de estas gigantescas manifestaciones en todo el país?.
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