Más de un millar de trabajadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos (EEUU) fueron despedidos en medio del cierre del Gobierno federal, que ya se extiende por 12 días, ocasionando una grave crisis sanitaria.
Medios internacionales destacan que el cierre parece ser la justificación idónea para continuar los despidos. Por lo que el vicepresidente JD Vance advierte: “Cuanto más se prolongue esto, más profundos serán los recortes”.
Así, la decisión de despedir a personal esencial en la prevención de enfermedades curables ha generado un fuerte impacto en el ámbito sanitario y político. Por lo que ha dejando a la principal agencia de salud pública estadounidense en un momento de profunda incertidumbre operativa.
Cabe destacar que, según fuentes internas de los CDC, la medida trasciende la necesidad de incorporar «sangre nueva», como había expresado el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr.
En ese sentido, funcionarios cercanos a la agencia indicaron que “a la Administración del presidente Donald Trump no le gustó que los datos de los CDC no respaldaran su narrativa, así que los despidió“.
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