La multinacional Whirlpool anunció el cierre definitivo de su planta de lavarropas en el parque industrial de Fátima (Pilar), despidiendo a 220 trabajadores y marcando el fin de su actividad industrial en Argentina. La decisión refleja la crisis del sector manufacturero ante la recesión, la caída del consumo y el avance de importaciones.
La empresa, que en 2022 inauguró la fábrica con una inversión de US$50 millones y proyecciones para producir 300 mil unidades anuales, argumentó el cierre en “la necesidad de fortalecer la competitividad en un entorno desafiante“. Sin embargo, trabajadores como Ignacio Cabezas denunciaron la falta de aviso previo: “Nos trajeron un transporte para el que se quiera ir. No nos iremos hasta que den una respuesta coherente“.
Este cierre se enmarca en una ola de desinversiones industriales: empresas como Essen, Grupo Dass, Kenvue y Kimberly-Clark también recortaron producción o cerraron plantas, profundizando una crisis empleadora que ya ubica al desempleo como principal preocupación para el 29.8% de los argentinos.
Mientras la Navidad se acerca, las 220 familias afectadas enfrentan un futuro incierto. Como señaló un trabajador: “Hacíamos lavarropas de siete kilos que vendíamos a $800.000, pero una marca china cuesta la mitad“. La motosierra libertaria, lejos de crear “héroes” empresariales, es reflejo del colapso de un modelo que sacrifica puestos de trabajo en el altar de las importaciones.
🫵🇦🇷 ¡La Argentina de Javier Milei!
🙅🏻Whirlpool cierra su planta en Pilar después de 35 años y abandona la producción en Argentina pic.twitter.com/abeYFV3ZUg
— Agencia Venezuela News (@AgenciaVNews) November 27, 2025
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