El cuidado de la salud visual va más allá de un chequeo ocasional, requiere hábitos diarios enfocados en la prevención y la protección activa. Expertos destacan seis claves esenciales que, al incorporarlas a la rutina, ayudan a blindar la agudeza de la vista
Protección e higiene ocular
La protección contra la luz solar es crítica. El uso de lentes de sol debidamente homologados, con etiqueta de protección UV 100 % (que bloqueen los rayos UV-A y UV-B), previene afecciones como la fotoconjuntivitis y la degeneración macular.
Asimismo, la higiene diaria refuerza los mecanismos naturales del ojo (lágrimas, párpados y pestañas); lavar los ojos al menos una vez al día y usar lágrimas artificiales previene la sequedad.
Dieta y descanso para la retina
Una alimentación equilibrada juega un papel preventivo fundamental, dado que factores como la hipertensión o el sobrepeso contribuyen al desarrollo de dificultades visuales.
Consumir pescados azules (ricos en omega-3), mariscos, frutas, verduras y frutos secos contribuye a preservar la retina y frena el envejecimiento prematuro de los ojos.
Además, los expertos recomiendan la regla 20-20 (descansar la vista cada 20 minutos), asegurar 8 horas de sueño y mantener una buena iluminación.
Alertas estacionales y prevención química
Durante la temporada de piscinas, es vital evitar la exposición directa al cloro, ya que afecta la película lagrimal y facilita el desarrollo de conjuntivitis o queratitis.
Control médico frecuente
El control oftalmológico periódico resulta indispensable a lo largo de todas las etapas de la vida. Un examen ocular sencillo, como el fondo de ojos, permite al especialista detectar no solo errores refractivos, sino también enfermedades sistémicas que se manifiestan en la visión, incluyendo la diabetes, la hipertensión arterial, el desprendimiento de retina e incluso ciertos tumores.










