Documentos descalificados de una corte federal revelados por The Grayzone, ofrecen detalles sin precedentes sobre la fallida Operación Gedeón. Los archivos demuestran que funcionarios de la Casa Blanca participaron en el intento de Golpe de Estado que se pretendía imponer en Venezuela en mayo de 2020.
El exmilitar, Jordan Goudreau, a quien Estados Unidos responsabiliza oficialmente, proporcionó las evidencias que exponen una red de conspiración. La misma, involucró contratos millonarios, corrupción de la extrema derecha venezolana y planes de guerra sucia.
La evidencia indica que Goudreau firmó un contrato por 221 millones de dólares con el prófugo de la justicia Juan Guaidó; mientras Washington trabajaba para reconocerlo como presidente legítimo. El plan de Goudreau incluía la activación de una insurgencia violenta para derrocar y secuestrar a Nicolás Maduro.
El complot no solo involucró a la seguridad de la Casa Blanca, sino que una propuesta llegó a la oficina del entonces vicepresidente Mike Pence, detallando planes de “bandera falsa” dentro de Venezuela, la dispersión de hepatitis en el ejército y el financiamiento de las operaciones mediante la “expropiación de sustancia narcótica”.
Trama de Corrupción de la Extrema Derecha
Asimismo, los archivos revelan que la corrupción impregnaba a la extrema derecha financiada por Washington.
Participantes de la trama dijeron al FBI que líderes ultraderechistas dilapidaban grandes sumas “en prostitutas, botellas de vino de mil dólares, y citas para las uñas de sus novias”.
A pesar de que los documentos exponen a los participantes del plan, el único individuo que enfrentó consecuencias penales fue Goudreau, quien fue arrestado en 2024.
Goudreau insistió en que el jefe de seguridad de Trump lo reclutó personalmente para dirigir el golpe. Además, detalló que la operación procedió con el conocimiento y la bendición total del gobierno estadounidense.
Los documentos revisados por The Grayzone confirman que Washington monitoreó y apoyó activamente la operación. Esto, a pesar de que el entonces secretario de Estado, Mike Pompeo, negó cualquier involucramiento “directo”.










