A 10 meses de haber iniciado su segundo mandato, Donald Trump ha sufrido una derrota simbólica en el corazón de su imperio: Nueva York. Las elecciones locales celebradas en varios estados de EE.UU. no sólo marcaron una victoria para el Partido Demócrata, sino que también dejaron en evidencia el desgaste profundo del trumpismo.
En su ciudad natal, el pueblo eligió como alcalde a Zohran Mamdani, un joven político demócrata, musulmán, nacido en Uganda, hijo de inmigrantes indios, y defensor de una agenda socialdemócrata. Mamdani no sólo venció, sino que lo hizo en primera vuelta, con más de 50% de los votos.
¿Un plebiscito contra Trump?
La campaña fue brutal. Mamdani fue blanco de ataques racistas, religiosos y políticos. Lo llamaron comunista, yihadista, antisemita, terrorista. La ofensiva fue liderada por el propio Trump, quien llegó a amenazar con recortar los fondos federales a Nueva York si Mamdani ganaba. Elon Musk se sumó a la campaña de desinformación, apoyando públicamente a Andrew Cuomo, quien se postuló como independiente, fracturando aún más el bloque republicano.
Pero Mamdani no cayó en la provocación. Su campaña se centró en propuestas concretas: transporte público gratuito, guarderías universales, apoyo a inmigrantes y pequeños comerciantes. Su mensaje de inclusión y justicia social resonó en una ciudad donde las “minorías” son mayoría, y donde incluso sectores judíos antisionistas se sumaron a su causa.
La debacle republicana
La derrota republicana no se limitó a Nueva York. En Nueva Jersey, Virginia y otros estados, los resultados fueron igualmente adversos. Pero el golpe más duro vino desde California, donde el referéndum sobre la Propuesta 50 —que redibuja los circuitos legislativos para reflejar mejor la demografía— fue aprobado con cerca del 70% de los votos. Esto podría costarle al Partido Republicano al menos cinco escaños en el Congreso en 2026. Recordemos que California, con el mayor PIB estatal, sería la cuarta economía mundial si fuera un país independiente.
Factores de desgaste
Los estudios de opinión y los datos disponibles señalan múltiples causas para esta debacle:
- Empeoramiento económico: inflación persistente y pérdida de confianza empresarial.
- Autoritarismo: uso de la Guardia Nacional en protestas, amenazas de guerra contra Venezuela.
- Política migratoria de terror: redadas masivas y deportaciones sin debido proceso.
- Apoyo al genocidio en Gaza.
- Acumulación de riqueza en su círculo íntimo.
- Cierre del gobierno con impago a empleados federales.
- Guerra interna entre facciones del gobierno.
- Ocultamiento del expediente Epstein.
Trump contra Trump
La tesis es clara: Trump no ha sido derrotado por una estrategia brillante del Partido Demócrata, sino por su propio estilo de gobierno. Las fracturas internas, el desgaste institucional y el rechazo ciudadano han convertido su segundo mandato en una guerra de ambiciones sin rumbo.
En definitiva: ¿Quién ganó?
Ganó la diversidad, la inclusión, la inmigración, la Paz y la tolerancia. Ganó una visión de país que no se construye desde el miedo, sino desde la esperanza. Mamdani es hoy el rostro de esa esperanza, aunque su brillo aún esté por medirse en el tiempo.
¿Rectificará Trump o provocará su propia remoción?
La pregunta queda abierta. Pero los resultados sugieren que el pueblo estadounidense, al menos en sus centros urbanos más influyentes, está dispuesto a desafiar el miedo y a apostar por el cambio.
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