El primer embarazo exitoso, realizado con un método guiado por Inteligencia Artificial (IA), se logró, tras haberse ideado con el objetivo de recuperar esperma en hombres con azoospermia.
De esa manera lo informaron Científicos del Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia (Estados Unidos). Se trata de una condición en la que la eyaculación contiene poco o ningún esperma.
Zev Williams, autor principal del artículo y director del Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia, explicó que una muestra de semen puede parecer totalmente normal, pero cuando se observa al microscopio “se descubre un mar de restos celulares, sin espermatozoides visibles”.
Detalló que esa es la razón por las que muchas parejas con infertilidad, por factores masculinos, tengan pocas posibilidades de tener hijos biológicos.
Así, los hombres con azoospermia tienen la posibilidad de realizarse una intervención para extraer quirúrgicamente espermatozoides de los testículos.
No obstante, esa operación suele ser infructuosa. Además, podría ocasionar problemas vasculares, inflamación y hasta una disminución temporal de los niveles de testosterona.
Varios laboratorios especializados emplean a técnicos para inspeccionar manualmente las muestras de semen. No obstante, al tratarse de un proceso largo y costoso, se pueden dañar los espermatozoides.
“El campo se ha enfrentado al reto de encontrar una forma mejor de identificar y recuperar espermatozoides viables en hombres con recuentos espermáticos extremadamente bajos”, aseveró Williams.
Método STAR
El método Sperm Tracking and Recovery, seguimiento y recuperación de espermatozoides (STAR), que se presentó a principios de 2025, emplea tecnología de imagen de alta potencia para escanear una muestra de semen de hombres con azoospermia. Pues toma más de 8 millones de imágenes en menos de una hora.
Posteriormente, con la Inteligencia Artificial, se identifican los espermatozoides en la muestra. Luego, un chip microfluídico con diminutos canales parecidos a pelos aísla la parte de la muestra de semen que contiene los espermatozoides.
Lo que puede llegar a sorprender es que en milésimas de segundo, un robot extrae los espermatozoides para que puedan funcionar en la creación de un embrión o congelarse y almacenarse para su uso futuro.
En ese sentido, STAR se probó en un paciente que llevaba casi 20 años intentando procrear. Este se había sometido a múltiples ciclos de fecundación in vitro en otros centros, varias búsquedas manuales de espermatozoides y dos procedimientos quirúrgicos para extraer esperma.
El paciente proporcionó una muestra de semen de 3,5 ml. Pasado el tiempo, STAR escaneó 2,5 millones de imágenes e identificó dos espermatozoides viables, que posteriormente se usaron para crear dos embriones y lograr un embarazo.
Por lo que los resultados, aunque se basan en un solo caso, muestran la viabilidad de esta tecnología para superar las barreras que desde hace tiempo impiden ayudar a los hombres con azoospermia.










