En una revelación que expone la profunda contradicción de su discurso “anticasta”, el presidente ultraliberal de Argentina, Javier Milei, reconoció haber recibido una indemnización del Estado por desempleo, el mismo tipo de asistencia social que hoy busca eliminar mediante su reforma laboral.
Durante una entrevista con la emisora Radio con Voz, el mandatario relató que “cuando me quedé sin laburo comía una pizza por día, desayunaba, almorzaba y cenaba con pizza, por eso llegué a pesar 120 kilos”. Además, confesó que el dinero que recibía del Estado también lo utilizaba para alimentar a su perro Conan, al señalar que “no podía dejarlo sin comida”.
La confesión de Milei ha desatado fuertes críticas dentro y fuera de Argentina, al evidenciar la hipocresía de quien basó su ascenso político en atacar los programas sociales y los derechos laborales conquistados por los trabajadores.
Mientras se beneficiaba de los mismos subsidios que hoy tilda de “populistas”, el presidente impulsa una reforma regresiva que pretende desmontar las indemnizaciones por despido, limitar los convenios colectivos y debilitar los sindicatos.
Reforma laboral contra el pueblo
Tras los resultados de las elecciones legislativas, Milei anunció que la próxima etapa de su gobierno estará centrada en “modernizar” las relaciones laborales, lo que en la práctica implica recortes de derechos históricos.










