El presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó este jueves de “graves” las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos (EEUU) contra el sector energético ruso, aunque aseguró que no tendrán un impacto importante en la estabilidad económica del país.
Las medidas, anunciadas por el Departamento del Tesoro estadounidense, incluyen restricciones a las dos mayores petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, así como a 34 de sus filiales, bajo el argumento de que Moscú no ha mostrado un “compromiso serio” con los esfuerzos de paz.
Putin respondió que las sanciones, aunque “de carácter grave”, no alterarán de manera significativa el curso de la economía rusa, la cual ha demostrado resiliencia frente a las medidas punitivas de Occidente.
“Tendrán ciertas consecuencias, pero no un impacto significativo”, subrayó el mandatario durante un encuentro con periodistas.
El mandatario recordó que fue el propio Donald Trump, durante su primer mandato, quien impuso “el mayor número de sanciones” contra Moscú hasta ese momento.
“Hoy en día, estas medidas tienen aspectos políticos y económicos, buscan ejercer presión sobre Rusia. Pero ningún país ni pueblo que se respete toma decisiones bajo presión”, advirtió.
Putin lamentó que la política de Washington esté deteriorando las relaciones bilaterales:
“Estas acciones no fortalecen las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, que estaban empezando a mejorar”, sostuvo.
En cuanto al impacto global, el líder ruso destacó el papel determinante de Rusia y Arabia Saudita en el equilibrio del mercado energético internacional, advirtiendo que alterar ese equilibrio sería una tarea muy costosa y contraproducente.
“Reemplazar parte del petróleo ruso es posible, pero requeriría mucho tiempo y grandes inversiones. Si se reduce drásticamente la producción rusa, los precios del crudo se dispararán, incluso en las gasolineras de Estados Unidos”, explicó.
Putin sobre el aplazamiento de la cumbre con Trump
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, confirmó que fue la administración estadounidense la que propuso aplazar la cumbre bilateral que se había previsto, y no cancelarla, como se había interpretado inicialmente. El mandatario subrayó que el encuentro deberá ser preparado cuidadosamente para que produzca resultados concretos y beneficiosos para ambos países.
Putin detalló que durante su reciente conversación telefónica con el presidente Donald Trump, la parte estadounidense sugirió celebrar la próxima reunión en Budapest.
“Estuve de acuerdo con esa propuesta, pero señalé que este tipo de reuniones deben prepararse bien. Sería un error tomarlas a la ligera y salir sin el resultado esperado”, declaró el jefe de Estado ruso.
El líder del Kremlin destacó que Trump coincidió con esa postura, y que ambos mandatarios acordaron que sus equipos diplomáticos trabajarán de manera conjunta para definir los temas y la estructura del encuentro.
“En la primera etapa, sin duda, los primeros pasos deben darlos el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio”, precisó Putin.
El mandatario insistió en que, más que una cancelación, lo ocurrido fue un aplazamiento técnico, motivado por la necesidad de asegurar que el diálogo avance con una base sólida.
“El diálogo siempre es mejor que la confrontación o las disputas. Por eso Rusia siempre ha apoyado la continuidad de las conversaciones, y lo seguimos haciendo ahora”, afirmó.










