La Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO), como organización sindical de clase, expresó su más enérgico y rotundo rechazo a las acciones unilaterales e intervencionistas del gobierno de Estados Unidos (EEUU), bajo la presidencia de Donald Trump, en América Latina y el Caribe. El sindicato denunció que estas políticas amenazan la paz y la soberanía de los pueblos de la región.
CCOO denunció las operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela y aguas del Caribe, así como la acusación infundada al presidente de Colombia, Gustavo Petro, de ser un “líder del narcotráfico”. La central sindical asegura que estos actos vulneran el derecho internacional y perpetúan una política imperialista.
La organización reafirma su apuesta por un orden internacional basado en normas, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. Este marco es indispensable para garantizar la autodeterminación y la resolución pacífica de controversias mediante el diálogo y el multilateralismo.
El sindicato considera que la escalada intervencionista de la administración Trump es una maniobra estratégica para reafirmar la hegemonía estadounidense en el hemisferio occidental. Esta ofensiva busca socavar la soberanía popular ante el avance de un orden global multipolar liderado por potencias emergentes.
Señalan que la escalada de hostilidades incluye un masivo despliegue militar en el Caribe y ataques directos que han provocado la muerte de al menos 32 civiles. Además, las sanciones unilaterales ilegales impuestas a Venezuela desde 2017 han agravado una crisis humanitaria con escasez y un éxodo masivo.
La agresión contra Gustavo Petro en Colombia y la suspensión de la ayuda estadounidense violan acuerdos, exponiendo la visión de Trump de la región como una simple “zona de influencia”. CCOO subraya que esta política prioriza el control de recursos energéticos, como el petróleo venezolano, sobre el bienestar de los pueblos.
Para CCOO, la “guerra a las drogas” es un pretexto que reactiva mecanismos de la Guerra Fría. Ignora que problemas estructurales como la pobreza rural requieren enfoques multilaterales y no soluciones militares.
Ante esta ofensiva, CCOO reafirma su compromiso con la soberanía y la autodeterminación. Extienden su solidaridad activa a las centrales sindicales venezolanas y colombianas y a la Confederación Sindical de las Américas (CSA). La unidad transnacional de trabajadores es el único camino hacia la justicia social global.
Finalmente, CCOO hace un llamamiento a la comunidad europea e internacional, exigiendo que la UE y la ONU actúen como garantes del derecho internacional. Deben presionar para poner fin a estas agresiones.
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