La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) denunció que los centros de salud de Otavalo y Peguche, en la provincia de Imbabura, colapsan ante la llegada masiva de personas heridas por impactos de bala durante las protestas. La organización indígena acusó a las fuerzas de seguridad de disparar directamente contra civiles en zonas residenciales.
“Vídeos y testimonios muestran claramente militares disparando al cuerpo de civiles. No es seguridad, son balas del Estado contra el pueblo“, afirmó la Conaie en un comunicado. La situación se agrava con la llegada de más de 5 mil policías y militares a la zona, en lo que el gobierno denomina un convoy “humanitario”.
La Cruz Roja Ecuatoriana advirtió al Ministerio de Defensa que los corredores humanitarios no pueden ser controlados por militares. Mientras tanto, la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh) solicitó intervención internacional ante las denuncias de detenciones arbitrarias, uso de armas letales y ataques racistas.
Las protestas, que cumplen 23 días, surgieron en rechazo al alza del diésel tras la eliminación del subsidio. El gobierno de Daniel Noboa mantiene su postura de no revertir la medida mientras busca poner fin a las movilizaciones mediante el despliegue masivo de fuerzas de seguridad.
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